!Buenas viajeros!
Comenzamos nuestra ruta por el sur del país, camino de Skógar, para visitar las espectaculares cascadas de Skogafoss y Seljalandfoss en Islandia.
Skogafoss
Skogafoss, con sus 60 metros de altura y 25 metros de anchura, es una de las más grandes de Islandia. Aquí se puede realizar un pequeño trekking remontando el río, para observar la multitud de pequeñas cascadas que se encuentran en el mismo cañón.
Cuenta la leyenda que el primer colono vikingo en la zona, Þrasi Þórólfsson, escondió un tesoro en una caverna situada detrás de Skógafoss. Años después, un joven islandés encontró el cofre, pero nada más se supo de él. Se piensa que cayó al vacío y murió.
Inmersa entre musgos y demás vegetación de color verde radiante sobre el campo de arena negra, Skógafoss parece una imagen de postal, un lugar de esos que creemos que no existen y de esos que solo se ven en películas. La cascada de Skogafoss junto a la de Seljalandfoss en Islandia son posiblemente las más espectaculares del país, tanto que parecen de mentira.
Sin embargo, Skógafoss es real, un milagro y un obsequio de la naturaleza, un lugar mágico que atesora una gran belleza y que por ello se ha convertido en una de las cascadas más conocidas y visitadas de Islandia.
Skógafoss es por tanto, una visita obligada para cualquier visitante que desee viajar a Islandia.
El reluciente arcoíris que se forma en los días soleados convierte a Skógafoss a nivel paisajístico en una de las mayores maravillas naturales de toda Islandia y por qué no decirlo, del mundo. Nosotros tuvimos la suerte de ver un arcoiris doble.
Tips viajeros:
- Visitad las cascadas de Skogafoss y Seljalandfoss con un impermeable, ya que la caída del agua y el impacto que provoca contra el suelo te dejará calado. Lo mismo le pasará a tu cámara si no la proteges bien. Preparado, con chubasquero y funda para tu cámara.
- La cascada Skógafoss se sitúa a 150 Km. de la capital de Islandia, Reykiavik, muy cerca del pueblo de Skógar y a escasos minutos de otra de las cataratas más espectaculares de Islandia, Seljalandsfoss. Se accede por la Ring Road o la carretera 1, la principal del país. Hay un aparcamiento gratuito justo al lado, al igual que unos baños que pertenecen al camping que allí mismo se localiza.
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Merece la pena subir al mirador para observar el río que la inunda. Un camino de escaleras nos lleva hasta allí arriba. Es impresionante desde cualquier perspectiva.
Seljalandsfoss
La cascada de Seljalandfoss es justamente famosa porque permite a los viajeros pasar por detrás de la columna de agua.
Otra cascada que te sorprenderá, Gljúfrabúi o “la cascada escondida”, que muchos viajeros no visitan porque no aparece en todas las guías de viaje. En esta zona podremos ver los efectos del famoso volcán Eyjafjallajökull, que causó el caos aéreo en Europa en 2010.
La cascada de Seljalandsfoss tiene sesenta metros de alto y los turistas seguramente la han visto en diversos libros y fotografías, porque es una de las más fotografiadas del mundo. Para llegar hasta allí se puede ir desde las ciudades de Selfoss y Skógafoss, ya que está a mitad de camino, y se puede tomar la autovía llamada Ruta 1, siguiendo el camino que va hacia Þórsmörk.
Gljúfrabúi o “la cascada escondida»
No sólo tenemos las cascadas de Skogafoss y Seljalandfoss en la zona. Aún queda una sorpesa: la cascada de Gljúfrabúi, que puede traducirse también como “Ravine Resident”, también llamada Canyon Dweller, que es una de las gemas escondidas de Islandia y una de la más sorprendentes de las cascadas del sur.
Os dejo un mapa de la ubicación exacta de la Gljúfrabúi. Está a cinco minutos caminando de la Casacada de Seljalandsfoss y es hermosísima, todo un secreto porque hay mucha gente que no la encuentra.
Su vecina, la cascada de Seljalandsfoss, de mayor tamaño y visibilidad, invita a las personas a caminar a su alrededor. Pero Gljúfrabúi, a tan sólo 10 minutos a pie, se esconde en una cámara rocosa detrás de un gran acantilado, llamado “Franskanef” o la nariz francesa. Debido a que se encuentra escondida en este enorme precipicio, la vista que le ofrece a sus visitantes es maravillosa… si saben encontrarla.
Nosotros la encontramos y fue todo un regalo el que nos hizo nuestro guía David porque no nos dijo nada acerca de lo que se encontraba detrás de esa pequeña entrada de roca, desde donde no se adivina qué hay detrás. Sin duda, el mejor secreto guardado de Islandia.
Dejamos atrás las cascadas de Skogafoss y Seljalandfoss para llegar a Rejkiavik, una ciudad de lo más colorida y marchosa. Si queréis acceder a todas las entradas del viaje a Islandia pinchad Aquí
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