Buenas viajeros,
Casi dos meses después del regreso de mi viaje navegando el Ártico y la isla de Svalbard, hoy os voy a intentar resumir en un post los siete días de navegación alrededor de esta isla y a través del Artico, en dirección a los 81 grados de latitud norte, donde tan sólo nos quedamos a 500 kms de distancia del Polo Norte.
Contratar la navegación en Svalbard
En nuestro caso, contratamos la expedición en el crucero Plancius dirante 7 días con la agencia Viajes Wild Watching Spain. Seguramente se pueda contratar con alguna otra agencia adicional pero ésta es la única que conozco.
Pinchando aquí podéis leer la información de la expedición que hicimos. El resto de servicios (vuelos desde españa hasta noruega, hoteles, actividades en Longyearbyen y en mi caso en Oslo y en Tromso) los realizamos de forma independiente.
Podéis acceder también al resto de entradas en mi blog de Svalbard y en concreto, Longyearbyen.
Itinerario de la expedición navegando el Ártico y la isla de Svalbard
Día 1 Embarque en Longyearbyen
Tras disfrutar dos días en Longyearbyen, navegando y visitando la ciudad rusa de Pyramiden, y realizando varias actividades en Longyearbyen como el trineo con perros, embarcamos en el Plancius.
Este es un barco con capacidad de unos 120 pasajeros que realiza expediciones en el Artico y en Antártida. Una vez registrados nos acompañaron a nuestras respectivas habitaciones a acomodar las maletas.
Nuestra habitación era de cuatro pasajeros, perfecta para cuatro amigos (muy ordenados). Me llevé una grata sorporesa al ver que teníamos baño dentro de la habitación y ésta era bastante amplia y con ducha. No tienes mucho espacio en la habitación para dejar tus cosas a la vista, más que alguna balda dentro de los armarios. Seguidamente empezamos a explorar el barco con entusiasmo y a pasear por las cubiertas disfrutando de las vistas de Longyearbyen.
Justamente, nos invitaron al salón para participar en una sesión informativa obligatoria y un simulacro de abandono del barco. Soltamos amarras y salimos del puerto. La tripulación y jefe de la expedición nos invitó a regresar al salón para brindar con el capitán, un señor chileno curtido en la Patagonia, D. Ernesto Barria, y el equipo de expedición.
Todos bajamos al restaurante para disfrutar de un delicioso buffet (la comida buenísima durante todo el viaje) y tener la oportunidad de conocer a nuevos compañeros de viaje; viajeros españoles como Alvaro y Pablo, la mejicana Brenda y muchísimos más de diversas nacionalidades, todos unidos por el objetivo común de conocer el paisaje ártico y ver osos polares.
Nos quedamos hasta las tantas después de la cena, como luego sucedió cada noche, en el salón del barco tomando tés y contándonos la vida. Sin móviles, a la vieja usanza, hablando con nuevos y viejos amigos, sin dejar de prestar atención al paisaje, el sol de media noche que no cambiaba de posición, ahí muy alto en el cielo y disfrutando como hacía tiempo.
Día 2 Smeerenburgfjorden & Alicehamna
La primera noche fue un tanto movidita frente a la costa oeste de Prince Karls Foreland. Nos dirigimos hacia el norte durante toda la noche, con el objetivo de avanzar bien hacia nuestro primer destino: Raudfjord.
A las 07:30 am ya nos estaban llamando por megafonía para avisarnos de que el desayuno estaría listo en 20 minutos y que realizaríamos unas sesiones informativas antes del primer «Landing«. Sería la suerte del principiante pero nos avisadron del avistamiento de un oso polar a babor. Vimos al oso moverse por la costa, balanceándose casualmente mientras caminaba por la playa.
Justo cuando las sesiones informativas obligatorias estaban a punto de comenzar, no uno, sino dos osos fueron avistados en Amsterdamøya, una pequeña isla que todavía no era el lugar donde habíamos planeado ir. Nos subimos a las Zodiacs, ansiosos por salir al agua para buscar a los osos polares.
Dos de los osos estaban jugando en la orilla cuando llegamos. Era una madre con un cachorro, probablemente de poco más de 2 años. Le estaba enseñando cómo cazar focas, una habilidad útil cuando hay una colonia de focas residente en la bahía de al lado. De reprente, una madre con un oso más joven aparecieron tras las rocas. Estos comenzaron a acercarse a los dos que jugaban en la orilla. La vulnerabilidad del cachorro en el agua era clara. Después de un intercambio de miradas, el cachorro mayor y su madre cambiaron de rumbo olvidaron al oso y osezno del agua y se dirigieron hacia un cadáver que yacía en la playa de Smeerenburgfjorden.
Por la tarde, después de una breve escala a bordo para recibir información y almorzar, llegó el momento de desembarcar en Alicehamna, un hermoso sitio en el lado este de Raudfjord. Este fiordo tiene un paisaje espectacular en la costa oeste y montañas onduladas de fácil acceso en el lado este.
Aterrizamos cerca de una pequeña cabaña de finales de los años 1920 construida por Stockholm-Sven, como se le conoce localmente. Las renovaciones más recientes han dejado la cabaña en buenas condiciones para visitantes como nosotros y aquellos que buscan un refugio de emergencia.
Día 3 Chermsideøya & Parryøya
Nuestro primer desembarco sería en la isla de Chermsideøya, una preciosa isla ártica con una historia interesante. El paisaje es muy rocoso con muchos cantos rodados por todas partes. Dejamos nuestros chalecos salvavidas y el grupo de trekking de más nivel se dirigió a la cima de la colina, donde les contaron el significado de unos graffitis hechos con pequeñas piedras incrustadas en la ladera. Había varios nombres y algunos años grabados durante expediciones anteriores. En el lado derecho había nombres y la fecha 1898, que fue creada por la sección sueca de la
expedición Arc-de-Meridian, luego al lado una esvástica creada por algunos jóvenes alemanes durante la Segunda Guerra Mundial en 1939 y finalmente algunos nombres de barcos y fechas relacionadas con la búsqueda del Nobile en 1928.
El resto nos quedamos cerca de la playa, también haciendo trekking pero de menor esfuerzo. Disfrutamos tranquilamente del área cercana al lugar de desembarco y ayudamos con la limpieza del plástico en las playas. Apenas había plástico. La caminata media también ayudó a organizar la recolección de una red de pesca encontrada en la orilla, donde quedó atrapada la bota de un marinero.
Aprovecho para contaros la ropa que llevamos a la expedición. Al subir a la zodiac debes llevar ropa que no cale, porque durante el trayecto puede que te salpique el mar y las olas. Yo llevaba ropa de abrigo, encima unos pantalones impermeables y un chubasquero justo para este fin. Las botas te las prestan en el barco de acuerdo a tu número de pie.
Después de comer, el barco se reposicionó hacia nuestro próximo destino, que sería Parryøya, una isla en las Seven Islands. Cuando llegamos a la playa el sol brillaba, la arena era amarilla y el agua de un hermoso color turquesa. La temperartura estaba fría pero aún así, unos cuantos se bañaron. La verdad es que parecía como si hubiéramos llegado al Mediterráneo y no al Ártico. Desembarcamos todos en las hermosas playas de arena y nos dividimos en tres grupos de trekking, partiendo los más ráidos a un ritmo vertiginoso en un intento de llegar a la cima de la colina más cercana, seguidos por los intermedios para subir hasta los lagos al otro lado de la isla. El grupo fácil (el mío) creo que es el que más disfrutó, ya que atravesamos la isla hasta llegar a otra playa en el extremo opuesto y fuimos con bastante calma.
Aprovecho para comentaros que en todas las salidas los guías que os acompañan van siempre armados. Es una exigencia por ley para defenederse de los osos; es poco probable pero no imposible que parezca un oso y haya que hacer uso de las armas.
Día 4 La Banquisa (Ice Pack)
Después de dirigirnos en dirección noreste durante la noche, fuimos recibidos con una hermosa mañana de cielo azul dentro de la prístina banquisa/capa de hielo del Ártico.
Con todos los ojos explorando el horizonte tanto desde el puente como desde la proa, pasamos la mañana buscando ansiosamente cualquier fauna que llame hogar a este paisaje inhóspito. Se avistó una hermosa foca barbuda adulta cerca de Plancius en el lado de babor. Esta foca estuvo acompañada de varios avistamientos de focas arpa tanto en el hielo como en el agua, así como de muchas especies de aves, incluidos araos de Brünnich, frailecillos, gaviotas gaviotas y fulmares. A medida que avanzaba la mañana, el cielo se volvió más nublado con un ligero aumento del viento, sin embargo, tuvimos la suerte de nuestro lado ya que se avistaron morsas delante de nosotros nadando dentro y alrededor del flujo de hielo.
El paisaje era tan espectacular que hasta la muñeca Barbiegirl Viajera se hizo una foto.
La latitud alcanzada en este día en el hielo fue 81°20,5’ Norte, la de mayor latitud de todo el viaje. A partir de aquí nos dirigimos hacia el sur.
Nuestro día terminó como comenzó, rodeado de hielo con un hermoso cielo azul y sol; sin embargo, el día no había terminado ya que todos salimos a las cubiertas abiertas para disfrutar de una cena de barbacoa y bebidas mientras Plancius comenzaba lentamente a dirigirse hacia el sur, hacia el estrecho de Hinlopen, para nuestro siguiente día de exploración.
En esta primera foto de IG se puede ver la belleza de la banquisa en un día soleado como el que tuvimos.
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Día 5 Estrecho de Hinlopen – Alkefjellet y Torellneset
Nos dirigimos en las Zodiacs hacia los imponentes acantilados de Alkefjellet. Este sitio es famoso por la increíble cantidad de araos que anidan en las repisas de estos acantilados. Además, los acantilados están formados por una interesante formación geológica donde la lava se introdujo en la piedra caliza.
El magma enfriado forma torres impresionantes, algunas de las cuales se alzan orgullosas desde los acantilados que hay detrás. El eco de araos gaviotas glaucos nos rodea a medida que nos acercamos en las pequeñas embarcaciones. Mirando hacia el cielo azul, vemos enjambres negros alrededor de los acantilados mientras miles de pájaros llegan y salen de los acantilados.
Pudimos ver también un zorro ártico. Las zonas productivas debajo de los acantilados de Alkefjellet hay abundante alimento para una población saludable de zorros, siempre y cuando aprovechen al máximo la actividad estival.
El crucero en zodiac terminó en el frente de un glaciar donde Odinjøkulen cae desde el costado de los acantilados a una pequeña bahía llena de hielo. Los azules y las capas de sedimento negro formaban hermosas obras de arte en el frente del glaciar.
Después del almuerzo a bordo, disfrutamos de las vistas de Hinlopenstretet. A nuestro lado de babor estaban las montañas de arena amarilla y cimas planas de Nordaustland. Las pequeñas islas que ocupan el estrecho son islas bajas y oscuras. Las fuertes corrientes que atraviesan Hinlopenstretet traen aguas productivas que pueden ser un buen lugar para avistar ballenas.
La playa de guijarros de Torellneset fue nuestro siguiente desembarco. Nos dividimos en 2 grupos para que cada uno pudiéramos acercarnos a la morsas y dar un paseo por la alta tundra ártica.
El paseo fue muy interesante ya que el paisaje difería significativamente de lo que hemos visto hasta ahora en Svalbard. Las flores eran principalmente la amapola de Svalbard, típico de la alta tundra ártica. También había abundantes ranúnculos, saxífragas caídas y hierba del escorbuto. El paisaje también mostraba playas claras y elevadas, una característica que se forma cuando el nivel del mar cambia a lo largo de cientos de años. Con el sol brillando y sin viento, era el momento perfecto para investigar y charlar sobre todas las características que pudimos ver, desde plantas hasta paisajes y hielo.
La imagen de las morsas en la playa fue impresionante, con más de 60 de ellas gruñendo y haciendo ruidos de los más curiosos. Tuvimos que mantener una buena distancia (>150 m) de la morsa porque teníamos un grupo de madres y crías. Estos son fáciles de detectar ya que los cachorros aún no tienen los colmillos completamente desarrollados. Miramos a la morsa desde la playa con un increíble telón de fondo de las montañas del este de Spitsbergen. De regreso a bordo, hicimos un resumen de la noche y una deliciosa cena antes de sentarnos en el salón para contemplar el hermoso sol de medianoche y las tranquilas aguas de Hinlopenstretet y no parar de charlar hasta la 1.30 h.
Día 6 Bockfjorden & Liefdefjorden
Después del desayuno nos pusimos nuestro equipo de expedición mientras el equipo desembarcaba para explorar, antes que nosotros. Tan pronto como todo estuvo claro, subimos a nuestras Zodiacs y nos dirigimos a la costa. La playa de desembarco estaba cubierta de grandes guijarros y cantos rodados, pero cuando miramos hacia la ladera, pudimos ver que estaba cubierta de miles de pequeñas flores.
Mientras disfrutábamos de nuestro almuerzo en el comedor, el barco se trasladó a nuestro siguiente sitio llamado Monacobreen, ¡un enorme glaciar de más de 5 km de ancho! Navegamos por el glaciar con el barco durante aproximadamente una hora disfrutando de unas vistas fantásticas. Luego partimos nuevamente hacia nuestro tercer y último destino del día.
Por la tarde el barco llegó a Texas Bar, lugar de nuestro último desembarco del día. Plancius ancló cerca de un pequeño velero llamado “Rembrandt van Rijn”, también miembro de la familia Oceanwide. Nuestros guías rápidamente bajaron las Zodiacs y se dirigieron al embarcadero para prepararlas para nosotros. En cuanto estuvo listo, nos dirigimos a la orilla.
Texas Bar es una hermosa bahía que contiene una pequeña cabaña de caza con el nombre Texas Bar escrito en un costado. Por dentro parecía un bar con muchas botellas de licor vacías pero era muy acogedor. Nos dividimos en nuestros grupos habituales de excursionistas y nos dirigimos hacia la ladera.
Día 7 Lilliehöökbreen and Signehamna
Después de una larga navegación nocturna, llegamos esta mañana a nuestro destino en Lilliehöökfjorden y su frente glaciar de más de 10 km de largo. Alrededor de 6 glaciares convergen en este extremo del fiordo para brindarnos dos horas de lento y suave crucero en Zodiac. Pudimos ver cascadas provenientes del frente del glaciar, sedimentos, morrenas, diferentes tipos de hielo y a lo largo del frente del glaciar vimos unas paredes de hielo gigantes. Fue espectacular escuchar los truenos y gruñidos del glaciar. El sonido hueco y seco de bloques de hielo rompiéndose, rompiéndose en algún lugar a lo lejos pero con fuerza. También pudimos presenciar algunos desprendimientos.
Las gaviotas de patas negras no se quedaron atrás y se dirigían hacia las agitadas aguas por la caída del hielo. Había mucha vida alrededor del frente del glaciar. Fue un crucero lento y suave en Zodiac, tranquilo y muy rico en colores y texturas del hielo aunque yo en concreto pasé mucho frío.
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Por la tarde, en cambio, volvimos a la desembocadura del fiordo y aterrizamos en Signehamna. Este sitio tenía mucha historia. En el otoño de 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes decidieron establecer una red de estaciones meteorológicas ocultas en Svalbard que eventualmente proporcionarían informes codificados cada hora que eran esenciales para el pronóstico del tiempo en el Atlántico Norte y el Ártico, así como en Europa del Norte y Central y en consecuencia, esencial para las operaciones de transporte marítimo y aéreo. Fueron las «Guerras del Clima».
En las caminatas tuvimos vistas impresionantes hacia el fiordo y el glaciar, así como un zorro ártico, skúas árticas y algunas manadas de renos. Para concluir nuestro día, tuvimos un encantador brindis de despedida por parte del Capitán, el Líder de la Expedición y un invitado. Por último, como gran final muy apropiado, Sasha compartió su obra maestra, una presentación de diapositivas que mostraba todos los aspectos más destacados de nuestro viaje.
Día 8 Desembarco por la mañana y fin del viaje
Como resumen, estuvimos en todos estos lugares en el listado y marcados en el mapa. En el barco, cada día se marcaban los lugares en el mapa y pizarra para conocer dónde nos encontrábamos. Dejaban la agenda del día también y todo estuvo muy bien organizado.
Recomiendo este viaje navegando el Ártico y la isla de Svalbard a todos a los que les interese viajar al Artico. Parece ser que a partir del 2025 va a haber varios cambios en la normativa de distancias a la costa y avistamientos de animales. Este ha sido un gran viaje, además de una desconexión digital de siete días. Ha sido lo mejor del año, aunque lo que me llevo de este gran viaje es la gente que he conocido, con los que he conectado a la vieja usanza, sin móvil, y con los que espero tener una amistad duradera para siempre, como tengo con mis compañeros de viaje como Radi, Miguel, Joan y Mónica.
Seguimos..
Podréis pinchar aquí para leer más sobre Svalbard y aquí si queréis leer sobre otros destinos en Noruega.
!Hasta pronto!
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2 comentarios
La verdad que es una pasada de viaje. Me falto poco para decidirme, a ver si para el próximo verano…
Hola Victor,
Sí que lo es. Muy recomendable pero bueno, estos viajes llegan cuado han de llegar. Hay otros lugares igual de bonitos y especiales. Todo llega
un abrazo