Buenas viajeros,
Os voy a contar en este relato acerca de dos pueblos portugueses con mucho encanto; Nisa y Obidos, que merecen la pena pararse a visitar. Se trata de varios pueblos ubicados en el interior del país.
Nisa pertenece a la región del Alentejo y está muy próximo a la frontera con Extremadura. Obidos también es pueblo de Interior pero a menos de 15 mins en coche de la costa, estando muy cerquita del Atlántico y en concreto, de la localidad de Nazaré.
Nisa
Cómo llegar
Esta es una localidad del Alentejo, en el interior de Portugal, no muy lejos de la Frontera con España, en concreto, en el camino de/hacia españa viniendo desde Cáceres y pasando por Valencia de Alcántara, antes de pasar la frontera.
Qué ver
Nisa es una bonita población alentejana, capital municipal, en el distrito de Portalegre. Es una localidad muy poco conocida a pesar de ser bellísima. Se llama así por la Niza francesa
Tiene su origen en el reinado de dom Dinis, quien ordenó su fundación tras la destrucción de la anterior población preeminente en el entorno, Nisa-a-Velha, en el último tercio del siglo XIII, durante las luchas entre este rey y su hijo Afonso Sanches.
Este territorio fue donado en 1199, tras su reconquista, por el rey Sancho I a los templarios, que levantaron donde hoy está Nisa una fortaleza. Después trajeron colonos franceses para repoblar la comarca. Así, sus primeros pobladores fueron oriundos de Niza y fundaron aquí Nova Nice o Niza a Nova frente a su natal Niza a Velha. Otros vinieron de Montauban y dieron nombre a la ‘freguesia’ de Montalvao; de Arles, y fundaron Arez; o de Toulouse, y así nació Tolosa.
Castelo de Nisa
Los restos del castillo se encuentran ubicados en el interior de la villa, aunque sólo se mantiene algo de muralla, una puerta de acceso y otra en otro extremo, donde se ubica el museo del bordado y del barro. Lo bonito es perderse por el interior de sus calles, algunas muy deterioradas, y hablar con sus gentes. Queda muy poco del castillo y murallas del pueblo de Nisa. Durante la Guerra de Sucesión, el ejército español, en 1704, ocupó el pueblo y casi destruyó las murallas y el castillo. Más tarde, los lugareños utilizaron piedras para construir y las partes se destruyeron a medida que el pueblo crecía en tamaño. En estos días sólo quedan la Porta de Montalvao, que merece la pena visitar, la Porta de Vila de Nisa, al otro lado del pueblo y la Torre de Cadeia Nova, que se alza junto a la Puerta de Vila.
Porta de Montalvao
Nisa todavía conserva parte de su núcleo antiguo, que estaba protegido por un recinto amurallado del que sólo se conservan dos de las puertas: a Porta da Vila y la Porta de Montalvão, ambas declaradas como Monumento Nacional. Sus casas encaladas y con bordes amarillos componen una bonita y tradicional estampa.
Museo del Bordado y Barro
Nisa es una villa de gran tradición en artesanía, desde productos locales como su famoso queso de oveja, a la cerámica y los bordados. De hecho, la ciudad tiene un museo del Bordado y del Barro excelente, que merece la pena visitar. Este espacio que tiene como objetivo mostrar los materiales utilizados para la confección del lino y en la elaboración de algunos bordados y encajes. Los espacios reproducidos incluyen una cocina tradicional y un dormitorio. Además de un patio trasero, se encuentra una colección arqueológica y, en la zona agrícola, una colección de implementos agrícolas. Piezas de barro también forman parte de la colección de este museo.
Así, en Nisa hay seis tipos diferentes de bordados tradicionales y, además de los grupos esporádicos, existen tres grupos organizados de señoras bordadoras: el del mercado, el de la calle de la Hidroeléctrica y el de la ‘fregresia’ del Espíritu Santo
Rua Santa Maria
Rua de Santa Maria está hecha con cerámica roja y tiene un patrón floral en piedras blancas. Es una calle preciosa.
Otras calles del centro de Niza están pavimentadas con coloridos azulejos y preciosos mantones floreados dan sombra a las calles de la localidad, cuyas puertas en las casas muestran una fotografía de sus habitantes.
Dónde comer
Recomiendo parar en esta localidad y darse una vuelta por el pueblo para admirar sus calles y comer, si os apetece, en algunos de los restaurantes de Nisa con buenas críticas en Tripadvisor, como:
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Obidos
Obidos es, sin dudarlo un momento, uno de los pueblos más bonitos que ver en Portugal. Su laberinto de calles empedradas repletas de casas blancas con franjas amarillas y azules, decoradas con buganvillas y glicinias, es ya motivo suficiente para acercarse hasta él en cualquier momento del año.
Cómo llegar
Además, la distancia tan cercana a Nazaré (nuestro alojamiento) lo hace más interesante ya que sólamente hay unos 30 mins en coche entre ambas localidades. En cambio si tu origen es Lisboa, el trayecto entre ambas localidades es de 1 hora en coche.
Qué ver
Además, la postal de su castillo y las murallas que lo rodean, la cantidad de restaurantes y hoteles con encanto o la posibilidad de sentarse a disfrutar de una típica gijinha, Odibos rebosa encanto por los cuatro costados. Sus calles repletas de Bouganvilla, tiendas de artesanía y productos típicos como el chocolate o artesanía/recuerdos preciosos para comprar convierten a esta localidad en una de las más bonitas del país luso. Su imponente castillo domina el perfil urbano de una villa donde es imprescindible probar su ginja en copa de chocolate.
Comentar que hay un parking de pago donde aparcar el coche al lado de la entrada del pueblo, con lo que ogligatoriamente dejarás el coche aparcado fuera del recinto amurallado.
Rua Direita, sus tiendas de chocolate y la ‘ginjinha’
Es la calle que vertebra el casco histórico de Óbidos. Una vía empedrada y muy coqueta con un extraordinario ambiente. Pasear por ella es todo un chute de optimismo. Detrás de las fachadas encaladas, decoradas con dinteles de vivos colores, flores y faroles, se esconden numerosas tiendas de artesanía, licores y chocolate. La Rua Direita es un hervidero de visitantes que no pueden resistir la tentación de probar la tradicional ginjinha de Óbidos. Se trata de un licor muy dulce elaborado a base de guindas que se sirve en una copa de chocolate. Por cierto, el nombre de Rua Direita viene porque era el camino más directo que lleva hasta el castillo.
Muralla de Obidos
Uno de los principales encantos que tiene Óbidos es su muralla. Fue levantada durante la ocupación musulmana y se sometió a diversas restauraciones en los siglos posteriores.
Es aconsejable subir a lo alto de la cerca y recorrerla al completo. Es un paseo de solo 1,5 kilómetros en el que habrá que tener precaución. No existe ningún tipo de barandilla y el adoquinado es un tanto irregular.
El recinto amurallado cuenta con varias puertas donde destaca por encima de todas la Porta da Vila. Está revestida de los clásicos azulejos portugueses donde se representan pasajes bíblicos como Jesús en el Huerto de los Olivos. La puerta está coronada con una inscripción en honor a la Virgen, mandada colocar por el rey João IV en agradecimiento a la protección que le dio durante la restauración de la independencia de Portugal en 1640.
Castelo de Obidos
El Castelo de Obidos posteriormente sirvió como fortificación y durante el reinado de Manuel I se transformó en palacio. Se trata de una construcción sobria, pero imponente. Su altura, unida a sus torres y almenas, lo convierte prácticamente en un bastión inexpugnable y en uno de los castillos mejor conservados de Portugal. En 2007 fue elegido como una de las Siete Maravillas del país y, al igual que ocurre con otros castillos como el de Estremoz, actualmente alberga un ‘pousada’ de lujo. Si quieres entrar a verlo tienes que pagar. Nosotros no entramos porque el hecho de caminar la muralla ya te da una buena idea del tipo de fortificación.
Iglesia Santiago
La Rua Direita desemboca en una iglesia que antecede al castillo. Esta es la Igreja de São Tiago (Livraria de Santiago). Cuando entramos pensando que se trata de un templo más que visitar en Óbidos, llega la sorpresa. En lugar de bancos, imágenes de santos, púlpitos y pilas bautismales encontramos libros. La igreja de São Tiago acoge la Livraria de Santiago. Es sólo una de las muchas que hay en esta ‘mini ciudad del libro”, pero sin duda la más llamativa. Esta iglesia del siglo XII, pero reedificada por completo tras el terremoto de 1755, servía como una especie de albergue para los peregrinos que acudían a Santiago de Compostela. Tras décadas en el abandono, fue transformada en una librería que hace las delicias de todos aquellos que visitan Óbidos.
Museo del bordado de Obidos
El bordado de Obidos es muy popular en Portugal. Creado a mediados del siglo xx, estos bordados utilizan puntadas de pata de gallo para el relleno y puntadas de flor para los contornos, sobre lino blanco, medio lino o arpillera.
El Museo es totalmente gratuito y si te gusta bordar, merece mucho la pena entrara y ver los cientos de bordados que hay en este estilo. Tienen incluso una silla bordada
Dónde comer
Si quieres comer en Obidos, hay bastante oferta de restauración:
Senhora da Pedra (Largo do Santuario. Óbidos). Hay que salir del casco histórico de Óbidos para encontrar esta tasca que pasa desapercibida. Se encuentra justo detrás del santúario do Senhor Jesus da Pedra (de ahí su nombre). Precios ajustados, raciones abundantes y trato cercano. No se puede pedir más. Recomendados el bacalao a la brasa y los lombinhos de tamboril. Los postres, todos ellos caseros, deliciosos.
Dentro del casco viejo de Obidos. Muy buenas críticas en Trip Advisor
Platos portugueses de excelente calidad
Jamón, jamón
Dona Maria, Largo do chafariz, R. da Biquinha. Terracita de lo más coqueta y muy petfriendly. Muy buenas críticas en Trip Advisor
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Hasta aquí mi relato de dos pueblos portugueses con encanto: Nisa y Obidos.
Nisa aún es un desconocido y quizás no tiene tanto atractivo como el pueblo de Obidos, que es, sin duda, uno de los pueblos de Portugal que creo más me han gustado. !Ojo! Obidos es bastante turístico en especial en verano y en particular, por la cercanía a Lisboa (alrededor de 1 hora de trayecto). Para ver más entradas en el blog de viajes de Portugal, podéis pinchar aquí.
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