Las Mil y una noches
Compuesto por tres grupos de relatos, el libro de Las mil y una noches describe de forma fantástica y algo distorsionada la India, Persia, Siria, China y Egipto, así como de Irak, Afganistán, Tayikistán y Uzbekistán.
Los relatos sobre Aladino, Alí Babá y los 40 ladrones y Los siete viajes de Simbad son las historias más famosas. Las historias se encuentran enmarcadas dentro de un argumento marco en torno al rey Schariar y la astuta Sherezad
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Una vez traspasadas las murallas de Khiva, te encuentras en un laberinto de madrazas, mezquitas, minaretes y cúpulas. Como ningún otro libro, Las mil y una noches ha dado forma en Europa a la imagen romántica de los cuentos de hadas de Oriente. Como por arte de magia, Khiva es una ciudad extraordinaria que nos lleva a caminar por un decorado original de cualquiera de los cuentos de las Mil y una noches.
Historia de Khiva
Durante el segundo milenio antes de Jesucristo, esta región cobró mucha fama gracias a su avanzado sistema de irrigación, convirtiendo a estas tierras en objeto de deseo de otros pueblos conquistadores como persas o griegos.
Cuenta la leyenda que Jiva fue fundada por Sem (el hijo de Noé) donde cavó un pozo de agua llamado Keivah en la ruta que iba a la Merv de la actual Turkmenistán. La región ya desde el II milenio a.C. desarrolló ese sistema de irrigación que les permitía vivir en un lugar relativamente árido pero no impidió que los sucesivos conquistadores persas, griegos, árabes, mongoles y uzbecos la ocuparan.
Mencionada ya en el S.X dentro del triángulo de oro de la Ruta de la Seda que formaba con Bujará y Samarcanda, en 1511 las tribus nómadas uzbekas fundaron el khanato de Khoresem o Corasmia, jugando un papel importante en el comercio de esclavos e toda Asia en pleno S.XIX.
En el S.XVIII la ciudad es devastada por los persas pero vivió entonces una época de esplendor en la que se construyeron la mayoría de las construcciones que podemos contemplar hoy en día, renaciendo como una auténtica joya que fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1990 por la Unesco.
Cómo llegar a Khiva
Khiva fue nuestro último destino en Uzbekistán y nosotros llegamos en autocar atravesando el desierto, procedentes de Bukhara pero también se puede llegar a Khiva en avión desde Tashkent. El aeropuerto más cercano a Khiva es el de Urgench, del que dista sólo 30 km.
Desde el aeropuerto puedes coger un taxi que te deja en la entrada de la Ichon Qala, la ciudad amurallada de Khiva. Todo lo que rodea Khiva es un inmenso desierto, no un desierto de dunas, sino un desierto llano y bastante feo. Dentro de la ciudad amurallada, puedes moverte tranquilamente a pie y evocar los cuentos de Las mil y una noches en Jiva.
Qué ver en Khiva
Khiva es un ejemplo bien conservado de la arquitectura musulmana de Asia central, incluyendo una mezquita (Djouma), varias escuelas o madrazas, mausoleos y dos excepcionales palacios construidos por Khan Alla-Khouli a inicios del siglo XIX. Estas edificaciones le valieron el título de Patrimonio de la Humanidad otorgado por la Unesco.
Se debe dedicar al menos dos días completos para visitar Khiva. La ciudad se compone de dos partes diferenciadas, la Fortaleza (Ichán-kalá) o Antigua Ciudadela, rodeada por una gran muralla de ladrillos y adobe que alcanza hasta 6 metros de anchura en algunos tramos y en la que viven más de tres mil personas y el resto de la ciudad (Dishán-Kalá) con una población algo superior a los 40.000 habitantes. La visita a la mayoría de los museos es de pago aunque subir a las murallas no lo es.
Perderse por las calles de Ichan Khalá, Patrimonio de la Humanidad
El barrio de Itchan Kala se sitúa en la parte interior de la ciudad de Khiva, detrás de las murallas de piedra de 12 metros de altura. La zona era un antiguo oasis usado como última etapa de las caravanas antes de entrar en el desierto camino a Irán. No tengas pereza en caminar por las calles principales, que son donde se encuentra la entrada a los monumentos principales y los mercados, ya que son de una belleza increíble. Las calles principales no tienen pérdida y las que se adentran hacia el interior siempre tendrán algún minarete como referencia con lo que perderse es bastante improbable.
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Así que no te olvides de meterte en el complejo laberinto de estas callejuelas de la ciudad antigua, compuestas por casas de adobe, y así contemplar la vida local de sus habitantes donde hay muchas familias que habitan aún estas casas de cientos de años. Tendrás la posibilidad de parar a hablar con las mujeres de la ciudad o visitantes uzbekos de otras ciudades. Por la noche, las calles de la ciudad se iluminan y es un gusto poder caminar con toda la tranquilidad del mundo y recordar los cuentos de Las mil y una noches en Jiva.
Minarete Kalta minor
Es el monumento más fotografiado de Khiva. Sus colores azules y dorados intensos y su gran tamaño contracta con el color adobe suave que caracteriza a toda la ciudad. Es visible desde cualquier punto de la ciudad.
Llamado en su tiempo a convertirse en el más alto del mundo a pesar de su nombre, su colorida estampa guía a los visitantes por las calles de esta parte vieja junto con la figura del minarete de Islam Khodja – el más alto de la ciudad con 56 metros de altura -, que nos regala las mejores vistas panorámicas de todo el entorno.
El Kalta-Minor fue ideado como la construcción más grande en el antiguo Oriente. La base de la construcción se eleva a 14 metros y sobre esto, podríamos imaginar a qué altura hipotética llegaría el minarete.
La historia cuenta que la construcción del minarete cesó con la muerte de Mujammad del Amin-Jan, ya que sus herederos no encontraron dinero para finalizar la construcción. Según una de las versiones, el arquitecto prometió a los gobernadores de Bujará construir después de terminar la obra otro minarete más alto en la ciudad de Bujará. Este es el único minarete en Asia Central que está adornado por completo de baldosas de cerámica.
Madrasa Muhammad Amin Khan
La Madrasa de Muhammad Amin Khan (1845-1855), está situada en la parte occidental de Ichan-Kala. Muhammad Amin Khan se propuso y realizó la idea de construir la madrasa más grandiosa de esta ciudad. El edificio cuenta con 125 hujras (celdas), y todas las hujras, situadas en la planta baja tienen dos habitaciones contiguas. Se construyó al lado del minarete Kalta Minor.
Las hujras del primer piso tienen balcones. Nunca antes en las madrasas se construían los balcones de este tipo. En la madrasa podían estudiar a la vez hasta 260 estudiantes. En la madrasa se ubicaba la Oficina del Tribunal Supremo musulmán. Cinco cúpulas y torres de esquina completan la grandeza de la madrasa. El edificio mismo está ricamente decorado con ladrillo esmaltado, mayólica tradicional, y todas las puertas están decoradas con tallado ornamental.
Complejo Islam Khodja y minarete
Aunque hay bastantes puntos desde donde ver Jiva (incluidas terrazas de restaurantes y hoteles), el minarete de Islam-Jodzha, que es el más alto de la ciudad, es uno de ellos.
Este minarete forma parte del complejo formado por la madraza, que alberga un museo de Artes Aplicadas (nada reseñable) con una colección expuesta en 42 salas y el minarete, que lleva el nombre del Gran Visir que gobernó el kanato de Jiva desde 1898 hasta su muerte en 1913. Si el anterior ya nos parecía alto, este, con 57 metros, lo supera con creces, siendo visible desde cualquier parte de la ciudad. En el interior hay una escalera con 112 escalones que llevan hasta lo alto del minarete. Lo más curioso es que el minarete se amolda perfectamente al resto de edificios de la ciudad, a pesar de construirse en 1908.
Mezquita de Dzhuma
Muy cerca de la anterior, la mezquita de los viernes expone una verdadera obra de arte muy alejada de las tradicionales mezquitas de arcos y portales de entrada así como las habituales cúpulas. La habitación de oración consiste en un patio de 212 columnas de madera (algunas que sobreviven del S.X, otras del S.XI al S.XIV) que sostienen la estructura, talladas al milímetro.
Dentro de la mezquita durante el día reina la mezcla insólita de luz y de sombra, que aporta frescor incluso en el día más caluroso. Las columnas están colocadas de tal modo, que se puede ver el Mihrab desde cualquier punto — el nicho que simboliza La Meca, hacia dónde deben dirigirse los creyentes durante la oración.
La mezquita del viernes es la más importante de la ciudad debido a su antigüedad y a su inigualable interior con la sala de oración y sus más de 200 columnas de madera tallada sosteniendo la techumbre.
Mausoleo de Pahlavan Mahmud
En la épica nacional de casi todos los países del mundo se menciona la gente de mucha fuerza física y corazón bravo – los héroes forzudos. En Asia Central los forzudos se llaman pahlavan.
Entre los S. XIII y XIV, Pahlavan Mahmud repartió sus ocupaciones de filósofo, poeta, artesano curtidor de pieles y luchador, pero quizás la principal veneración de este lugar sagrado al que llega la peregrinación es que fue fundador de una rama del sufismo. Según la leyenda, Pahlavan Mahmud murió en 1322 o en 1325 y fue enterrado en el patio de su taller. Los habitantes de Jiva empezaron a considerarlo como el santo patrón de la ciudad y en 1701 erigieron un mausoleo sobre el lugar de su enterramiento. Pronto este lugar se convirtió en un lugar sagrado, alrededor del que creció un conjunto de edificios, y la tumba y el mausoleo de Pahlavan Mahmud se decoraron con la tradicional mayólica azul y blanca, a modo de la tumba de Khan.
Hoy, entre cúpulas de barro y adobe, hay un gran complejo funerario con su mezquita y madraza incluida de finales del siglo XIX
Ciudadela Kunya-Ark
Kunya Ark ( “antigua fortaleza”) – es la ciudadela del gobernante, existente en ciudades de grandes dimensionesy donde existía una infraestructura bien desarrollada – es decir, había condiciones necesarias para la vida cómoda y entretenimiento del Khan, administración del servicio público, locales para su familia, tropas y aparato administrativo.
Desde finales del siglo XVIII esta fue una fortaleza protegida, ya que representaba “una ciudad dentro de la ciudad” y se encontraba detrás de las dobles murallas de adobe – es decir sus propias y las murallas de Ichan-Kala, que alcanzaban hasta 10 metros de alto y 6,5 metros de ancho.
Esta fortaleza suponía una “ciudad dentro de la ciudad” y daba cobijo a la antigua residencia de los Khanes aunque en la actualidad sólo se conservan la puerta oriental que da acceso a la habitación de guardia, la sala de recepción, el bastión de Ak-Sheikh Bobo, la mezquita de invierno y la de verano y el harén.
Se construyeron dos mezquitas – de verano y de invierno. Y si la mezquita de invierno no tiene ningún valor artístico, la de verano es admirable. Representa un aivan grande con dos filas de columnas de madera, el mihrab (nicho que indica la dirección a La Meca), minbar (púlpito para prédicas) y las torres a cada lado. Todo este espacio está decorado con azulejos de mayólica de tonos tradicionales de azul, blanco, azul-celeste y verde con increíbles motivos florales. Todo el acabado maravilloso, y además un excelente tallado en madera que decora las puertas, columnas, balcones de edificios conservados en la fortaleza Kunya-Ark, te da la sensación de estar dentro de un estuche precioso. Un especial colorido local y el espíritu de historia que se percibe dentro de las murallas de la ciudad.
Es recomendable visitar el complejo de Kunya-Ark al atardecer porque se puede subir a una terrza increíble dentro del complejo desde donde obtienes las mejores vistas de la ciudad.
Palacio Tash Hovli
Este palacio me pareció absolutamente increíble, con sus excelentes techos y sus paredes azulejadas, nos dejan boquiabiertos. El Palacio Tash Khovli fue construido a finales del siglo XIX. El palacio tenía 163 habitaciones y tres patios independientes, lugares adonde se llevaba a parte de invitados, a la sala de audiencias y al harén.
El palacio fue construido en la década de 1830 por Allahkuli Khan, quien gobernaba Jiva en aquella época. A él se le debe el diseño del palacio, así como otros 20 monumentos en el interior de la fortaleza. Tosh Hovli es uno de los palacios más hermosos de Jiva. Hay cinco palacios más que aún permanecen dentro de la fortaleza, pero este es uno de los mejor conservados.
Ir de compras por Jiva
Los precios de Uzbekistán para la artesanía, e.g. los cubrecamas bordados, fulares de seda u otros recuerdos que verás en todo el país son bajos para nuestro poder adquisitivo. Estarás tentado a comprarte de todo
La mayoría de las cosas que comprarás es artesanía, objetos hechos a mano, ropa y en especial fulares, bufandas, gorros, etc. El país tiene un tipo de bordado propio, singular y típico, que es popular en todo el mundo. Se utiliza para decorar multitud de prendas y accesorios como bolsos o alfombras. Quien busque algo más original, podrá centrar su atención en los instrumentos musicales tradicionales del país, hechos a mano, o el famoso vino de Samarcanda.
Las marionetas, famosas en toda la ciudad de Jiva, son lo único que no vi en el resto del país. Encontrarás puestecitos tanto en las calles como dentro de las madrasas.
También están los famosos gorros tipo ruso, de pelo, utilizados por los uzbecos para combatir las temperaturas del invierno. Si sabéis regatear, os llevaréis uno de estos a muy buen precio. Yo me compré uno morado que me sirvió para mi viaje a Groenlandia.
Y no nos olvidemos de la cerámica: la encontraréis bastante a menudo, y si regateáis consiguiréiis platos, cuencos o tazas preciosos y a buenos precios. También son típicos los grabados de madera para colgar a modo de cuadros. Los encontraréis en Samarcanda.
Por último, y como compra más práctica, son bastante típicas las especias y los especieros, algunos son realmente bonitos y originales. Si queréis, podréis comprar el cóctel de especias necesario para preparar vuestro propio plov en casa, a ver si tenéis suerte y os sale tan rico como el de aquí.
Jiva desde las alturas
La ciudad vista desde las murallas
Sin duda, a cualquiera que quiera tener una primera visión parcial de la ciudad, es en este lugar donde se ve la clara diferencia entre Ichan Qala, la fortaleza o ciudadela antigua amurallada, Patrimonio de la Humanidad por UNESCO desde 1990 y Dishon Qala, la ciudad nueva o exterior que podemos ver perfectamente desde las alturas.
Ichan Qala tiene 4 puertas de acceso aunque es desde las murallas, con alrededor de 12 m de altura, donde se obtienen alguna de las mejores vistas. La entrada desde la puerta Bhukara- Madraza hacia Ata-Darvaza te ofrecen unas vistas espléndidas de la ciudad.
Vistas del Kunya-Ark desde el restaurante La terrasa
El Restaurante Terrasa ofrece las mejores vistas del Kunya-Ark, el que ha sido durante muchos años el verdadero corazón de la ciudad. Sube a tomarte algo antes de la puesta de sol y disfruta de las espectaculares vistas de la ciudad.
La construcción de Kunya-Ark comenzó en 1686-1688. A finales del siglo XVIII, Kunya-Ark se convirtió en “una ciudad dentro de la ciudad” y fue separada de Ichan-Kala por una gran muralla. La fortaleza solía consistir en la oficina del kan, un patio de recepción, un harem, una mezquita de invierno y verano, salones para utilidades tales como establos, depósitos, talleres, etc. El complejo de Kunya Ark existente fue restaurado a comienzos del siglo XIX.
Vistas de Icham-Kalá al atardecer desde el complejo Kunya-Ark
Sin duda, El mejor momento para visitar el Kuhnya.Ark es al atardecer. Sube a la Torre de Observación o también llamado la Watch tower para tener la ciudad delante de ti, con sus minaretes y cúpulas iluminados con una preciosa luz dorada. Este es el lugar desde donde obtienes las mejores vistas de la ciudad. De hecho desde aquí puedes observar el Minarete Kalta minor, las salas espectaculares de Kunya Ark ( “antigua fortaleza”), como la sala de verano y sus azulejos azules. Subir a esta terraza se paga aparte (6.000 USZ cada uno), y además de contemplar las mejores vistas de Jhiva, te da acceso al bastión o, un poco más arriba, la torre de Oq Shihbobo.
Hubo un momento curioso, en el momento de ponerse el sol, apareció un grupo de pájaros volando todos juntos en grupo, pasando relativamente cerca de nuestras cabezas. Increíble: por lo visto este fenómeno ocurre a diario.
Restaurantes en Jiva
La calle principal de Khiva, por la que pasarás decenas de veces en tu visita, discurre rectilínea entre Ata Darvoza (la puerta del oeste) y Palvan Darvoza, la del este. Poco después de pasar el minarete inacabado, a la izquierda, hay un cafetín con una terraza, el Bir-Gumbaz, perfecto para hacer un alto en el camino, probar un té o un café y dejar pasar el tiempo viendo discurrir a los turistas y a los vendedores callejeros detrás de ellos.
Se llama Teahouse Farrukh y se encuentra a mitad de las calle principal, pero con un jardincito, una amable señora que te atiende y una especie de haima, además de disponer de un buen café expreso (10.000 USZ dos consumiciones) y un ambiente ideal para relajarse. Comimos al sol. La comida no es nada del otro mundo. Recomiendo más este lugar para relajarse tomando algo que para comer. Lo mejor la ubicación, en la calle principal frente a una de las mezquitas más importantes, la mezquita del viernes.
Los gestores del hotel donde nos alojamos, Hotel Zarafshon de Jiva, también gestionan el restaurante Cafe Zaradhson, donde degustar comida típica uzbeca en un entorno local y unas salas decoradas con mucho gusto. TUenen una terraza interior y otra exterior. La comida era excelente y la música en directo hizo que esa noche fuera aún más especial. La comida uzbeka casera de muy buena calidad adaptada al turista. un cafe restaurante muy recomendable. La hospitalidad uzbeca lo mejor. En el mismo hotel puedes solicitar guía y transfer.
El restaurante Terrasa de Jiva, del que os hablo más arriba, como lugares estratégicos desde donde conseguir las mejores vistas de la ciudad durante el atardecer, además de la entrada al Kunya-Ark. Es un restaurante construido de madera que no tiene pérdida.
Alojamiento en Jiva
Hay una oferta enorme de alojamiento en Khiva. Yo destaco los siguientes:
Mero´s B&B. Se puede resaltar de este hotel el desayuno y la espectacular terraza desde donde observar toda la ciudad, y en especial al complejo Kunya-Ark. Los precios son aproximadamente 61 eur/hab doble/noche.
Zarafshon de Jiva. Nos alojamos dos noches en este bonito lugar, un hotel boutique muy cuco y bien ubicado. Ubicado dentro de las murallas de la ciudad, a 2 minutos andando de todos los monumentos y sitios. Dispone de restaurante, bar, jardín y terraza. Este hotel de 4 estrellas cuenta con recepción 24 horas y servicio de habitaciones. El establecimiento ofrece aparcamiento privado gratuito y servicio de enlace con el aeropuerto por un suplemento. Es un hotel que está prácticamente nuevo, y los gestores son muy simpáticos.
El precio por habitación y noche puede estar en unos 50 eur al cambio
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