Buenas viajeros,
Sigo contando nuestro periplo por Albania y deteniéndonos en el primer destino que visitamos: Krujë. A Kruje se la conoce como la ciudad albanesa de Skanderbeg, el “héroe nacional” sobre el que el nacionalismo albanés del XIX construyó su identidad nacional.
Introducción
Gjergj Kastrioti, más conocido como Skanderbeg nació en Kruja y tras servir a los otomanos como astuto guerrero, se rebeló contra ellos, consiguiendo unir a otros líderes para encabezar la resistencia. Verás este nombre en prácticamente toda Albania, ya que las plazas principales de las ciudades o fortalezas toman su nombre de esta gran figura.
Kruje, la ciudad albanesa de Skanderbeg, se halla a tan sólo 30 kilómetros de Tirana, la capital de Albania, lo que traducido en tiempo significa una hora de conducción. En lo más alto de la ciudad sobre la cima de la colina en la que se alza, se divisa el antiguo castillo, uno de los iconos del lugar.
Aquí bandera roja de Albania ondea con fuerza, con su águila negra de dos cabezas, junto al castillo. La bandera de Albania es una bandera roja con un águila bicéfala negra en el centro. Tiene su origen en un sello similar de Gjergj Kastriot Skanderbeg, que en el siglo XV condujo la revuelta contra el Imperio otomano, y que acabó en una breve independencia para Albania entre 1443 y 1478. La bandera de Albania ha sido históricamente de color rojo oscuro o sangre con el águila bicéfala de color negro ubicada en el centro.
Cómo llegar a Kruje
Kruje se encuentra a tan sólo 30 kms al norte de Tirana pero la carretera alarga el viaje en coche en alrededor de 1 hora. Aún así, merece mucho la pena acercarse a esta ciudad fortificada, símbolo de la independencia del país.
Qué ver en Kruje
Se divisa la antigua muralla del castillo —levantada durante los siglos V y VI— y lo que queda de una de sus torres. A nuestro alrededor, montañas y más montañas. Cuentan que en pleno invierno, cuando la nieve lo cubre todo, la estampa es abrumadora. Además del castillo de Skanderbeg y el museo de su figura, destaca el museo antropológico, así como el bazar y la casa tekke.
Fortaleza del Castillo
En lo alto de la colina el Castillo de Krujë está protegido por la defensa natural de las faldas de la montaña, y por el cinturón de murallas y nueve torres que cierran su perímetro. En la Edad Media, Skanderbeg se sirvió de su ubicación y consistencia defensiva para dirigir las acciones bélicas encaminadas a luchar por el dominio de la actual Albania.
El Castillo de Kruja (en albanés, Kalaja e Krujës), es el símbolo de la resistencia albanesa contra los otomanos. Durante la revuelta albanesa de 1432-1436 Krujës fue asediada, pero el castillo resistió tres asaltos de los turcos con un ejército de y ni siquiera el propio Mehmed II “El Conquistador” logró quebrar la férrea defensa del castillo. Años más tarde, fue aquí donde Skanderbeg ondeó la bandera albanesa por primera vez el 28 de noviembre de 1443 y donde él, junto con su ejército, resistió con éxito a las fuerzas otomanas durante más de 25 años. Fue la primera vez que Albania no estuvo regida por otros pueblos.
Consejo Viajero:
Sube hasta lo alto de la fortaleza porque, junto a la antigua torre y casi anexado al propio monumento, se halla un pequeño guest house. Se trata de Rooms Emiliano, un negocio de alojamiento y restaurante regentado por una familia que lleva, generación tras generación, nada menos que 300 años viviendo allí, en pleno monumento. Las vistas desde este lugar son alucinantes con lo que merece la pena subir hasta allí y hacer unas cuentas fotos y también tomarse un café (espresso) albanés en el restaurante.
Tres jóvenes hermanos son los que ahora manejan el negocio, que resulta de lo más auténtico en especial porque dos de ellos son gemelos idénticos y el susto que te pegas al verlos «doble» es un tanto gracioso. Son atentos y especialmente serviciales. Además, el restaurante no sólo cuenta con mesas en pequeñas terrazas con increíbles vistas a las montañas y a la ciudad. También sobre la propia muralla del castillo, literalmente sobre la piedra, tienen dispuestas algunas de ellas.
Hay más lugares visitables en la fortaleza, como el Teqe de Dollme de los Bektashi (lugar de oración de una secta Sufi islámica), los restos de la mezquita Fatih Sultan Mehmet y su minarete,el museo de Skanderbeg, un baño turco y el museo etnográfico nacional.
Museo Skanderbeg
El edificio que alberga el museo Skanberbeg es una construcción moderna que trata de imitar la forma de un antiguo castillo. Fue diseñado por dos arquitectos: Pranvera Hoxha, que no es otra que la hija del antiguo dictador Enver Hoxha, y su marido.
Museo etnográfico nacional
Otro de los edificios importantes Kruje, la ciudad albanesa de Skanderbeg, es el museo etnográfico nacional. Una antigua casa de 1764, construida por la familia Toptani, alberga el Museo Etnográfico de la ciudad.
Esta casa tradicional otomana, en el complejo del castillo debajo del Museo Skanderbeg. Este museo muestra el estilo de vida de una familia pudiente, donde no faltaba mini hammam (baño turco), utensilios para producir cuero, y molino de agua.
Las paredes de la casa están revestidas con frescos originales de 1764. En su jardín, por cierto, crece un olivo que la leyenda local cuenta fue plantado por el propio Skanderbeg. Merece mucho la pena entrar a visitar la casa.
De vuelta al exterior continuamos andando y desandando cuantas calles empedradas encontramos a nuestro paso en la Ciudadela. Por aquí no circulan coches: todo es calma.
Seguimos en el interior de la antigua ciudadela, donde aún en la actualidad viven algunas familias.
Teqqe de Dollme de los Bektashi
El teqqe un pequeño lugar de culto para los practicantes de la rama bektashi del islam, que se popularizó en la zona a comienzos del siglo XIX. A pesar de que se trata de un recinto de escasas dimensiones, siempre hay un guardia vigilando que todo el que lo visita, lo haga desde el respeto. Y no es para menos: en el interior de una especie de capilla decorada con alfombras, bordados y fotografías, descansan los restos de algunos de los últimos babas (padres espirituales).
Bazar
Las calles estrechas del centro urbano bajo el castillo albergan el histórico bazar otomano. Restaurado en 2015 es un buen lugar para hacer compra de productos tradicionales y souvenirs, desde manteles bellamente bordados, cafeteras y platos de cobre.
Un buen lugar para comenzar a explorarlo es la calle (Rruga) de Pazari Vjeter, cerca del ayuntamiento. Las calles empedradas se cruzan asemejando un pequeño laberinto.
En medio de los tenderetes sobresale un minarete blanco: es la mezquita del bazar, también llamada Murad Bey Mosque, que fue construida durante la época otomana. Aunque durante los años de dictadura cerró y su minarete fue destruido, se recuperó en 1991 y hoy, además de tratarse de otro de los emblemas de Kruja declarado Monumento Nacional, es un motivo más que añadir a las razones por las que, definitivamente, una escapada a esta ciudad entre montañas merece la pena.
Se puede pasear por sus callejuelas adoquinadas a tu aire, sin el agobio de que los tenderos nos insistan en que miremos o compremos sus productos. Echamos un ojo al género expuesto y encontramos desde los souvenirs made in China más típicos, a verdaderas joyas de la artesanía: alfombras, platería, productos de ganchillo y hasta zapatillas elaboradas con fieltro. Junto a todos ellos, una gran cantidad de antigüedades.
Hasta aquí la visita a Kruje, la ciudad albanesa de Skanderbeg, que puede realizarse en medio día, con calma. Por su cercanía a la capital de Albania, Tirana, merece la pena hacer una visita.
Seguimos el recorrido del país. Podéis leer todas las entradas de Albania pinchando aquí.
!Hasta pronto!
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