Toda la vida marsellesa surge del Puerto Viejo. El puerto está compuesto por los flancos (Quai du Port al oeste y Quai de Rive al este) o en Quai de la Fraternité (el enlace entre ambos) bajo la nueva construcción metálica con un gran espejo en el techo que diseñara Norman Foster con el objeto de celebrar la designación de Marsella como Capital Europea de la Cultura.
El trasiego de gente es considerable porque además de ser el centro de la ciudad, el puerto tiene una parada de metro y es atraque de múltiples barcos con destino a Las Calanques, a las playas de la ciudad y al archipiélago de Friuli, el chateaux d’If, etc. Existe incluso un servicio de ferry que comunica cada pocos minutos el antiguo ayuntamiento Mairie, en Quai du Port y la Place des Huilles, Quai du Rive, que evita un buen trecho que recorrer a pie. Y sólo cuesta 0,50€. Está considerado el servicio de ferry más corto de Europa.
Verás también en los flancos del puerto muchos bistrots, restaurantes, etc llenos de turistas: en estos bistrots podrás degustar los platos típicos de Marsella como la bullabeis, una buena ración de sardinas o probar los dulces típicos de la zona.
Explorar el barrio histórico del Panier
Justo detrás del flanco izquierdo entrando en el puerto, situado en el 2º distrito de Marsella, se ubica el barrio del Panier, el barrio histórico de Marsella. Ha sido completamente rehabilitado, pero sigue conservando sus encantadoras callejuelas. Aquí se han instalado talleres de artistas al lado de las jabonerías tradicionales, las casas de piedra y los edificios históricos se suceden a lo largo del paseo: el Observatorio y el Préau des Accoules albergan exposiciones, y La Vieille Charité, museos, etc.
El barrio del Panier es el más pintoresco de la ciudad y una verdadera joya para los paseantes. Reúne un gran número de pequeñas tiendas de diseño, street art y artesanía que a menudo muestran sus creaciones en la calle para atraer a los turistas. El arte callejero y las numerosas terrazas de bares y restaurantes también están detrás el encanto de esta zona. Lo mejor es perderse por sus calles de forma tranquila y sin rumbo. Place des Moulins es el centro neurálgico, la plaza más provenzal. Desde allí Rue Le Panier desliza al visitante en una muestra de fachadas, escaparates y grafitis a cada cual más original.
El nombre du Panier se atribuiría a una posada cuyo letrero dio nombre primero a su calle antes de extenderse al distrito.
Cuando se llega a la fachada del Auberge Au Vieux Panier uno no imagina que tras el portón azul hay habitaciones que son auténticas obras de arte. En la esquina que mira a este edificio varias figuras pintadas en la pared recuerdan que a la vez que provenzal, Le Panier es tan «hipster» como el Kreuzberg berlinés o la Malasaña madrileña, aunque el marsellés aún no ha sido explotado del todo.
Junto al Barrio le Panier, se alza la Cathédrale Sainte-Marie-Majeure de Marseille , que es es muy diferente a buena parte de las catedrales de Francia. La conocida como La Major (en occitano), levantada sobre otros templos cristianos de una época más primitiva, posee desde mediados/finales del siglo XIX un estilo románico-bizantino que resulta peculiar en esta parte del Mediterráneo. Se encuentra entre el MUCEM y los límites del barrio de Panier. La visita a este imponente monumento religioso es de obligado cumplimiento.
Subir a la Bonne Mère (la “Buena Madre”) y ver la panorámica de Marsella
En una Guía para escapada a Marsella en verano no puede falta la visita de esta Basílica de estilo bizantino. La Notre-Dame de la Garde parece vigilar Marsella desde la cima de la colina de 150 m donde fue construida en el siglo XIX.
Es un verdadero símbolo de Marsella, la Bonne-Mère ofrece una vista impresionante de la ciudad. Más allá de la increíble historia de este lugar marcado por más de 800 años de peregrinaje, subir a ella te ofrecerá un relajante interludio en tu visita de Marsella, lejos del ajetreo de la ciudad. Esta estatua se encuentra en una cima de la ciudad, se la ve desde cualquier lugar y protege a los marselleses desde hace dos siglos: se trata de la Bonne Mère.
En realidad, su verdadero nombre es la Basílica de Notre-Dame. Para llegar, te aconsejo el trenecito, así evitarás cansarte al subir las calles y escaleras por las que se accede a ella, y guardarás fuerzas para visitar el interior y subir a la terraza. También puedes coger el bus 60 desde el Vieux Port. Las calles empinadísimas a lo alto de la ciudad recuerdan las de San Francisco.
Lo mejor de subir hasta lo alto es la panorámica de la ciudad, que resulta asombrosa una vez arriba, con el azul del mar, el color ocre del puerto, y la inmensidad de la segunda ciudad más populosa de Francia.
Llegar a las playas urbanas en barco
Menos famosas que las calas, las playas urbanas de Marsella también merecen una visita y han de estar presentes en cualquier Guía para Escapada a Marsella en verano. Elige tu favorita: la Pointe Rouge, les Catalans, Prado… ¡Hay muchas y a gran parte de ellas puedes llegar en metro!. Y, además de ser lugares inmejorables para tomar el sol y saludar al mar, también son especialmente recomendables para hacer picnics y tomar el pulso de la ciudad ya que están llenas de locales.
Plage de Catalans y Plage du Prado
Las playas de Marsella no son tan grandes como las españolas ni son tan bonitas. La playa urbana más importante y céntrica de Marsella es Plage des Catalans. Algo más lejos se encontraría Plage du Prado, aunque también está concurrida. A ambas se llega en Metro y podéis cogerlo en la parada del Vieux Port.
Plage de Pointe Rouge
Nosotras elegimos la playa Pointe Rouge, la más alejada de Marsella al sur y a la que se llega en barco desde el Vieux Port.
No es muy grande pero sí bastante amplia, con buenos chiringuitos donde comer. La playa está prácticamente llena de locales y algún turista pero verás muchos marroquíes y/o argelinos que viven en la ciudad de Marsella.
Una breve nota del trayecto en barco de alrededor de 30 minutos de duración donde contemplas el puerto. El paseo en barco fue un gran acierto porque ves la ciudad desde todos los ángulos. Contemplarás el Fuerte de Saint Jean, un histórico edificio que merece la pena visitar. Es uno de los monumentos más viejos de Marsella y patrimonio histórico de Francia, dueño de un gran valor histórico y cultural que atrae a miles de turistas todos los años.
Igualmente, la Cathédrale Sainte-Marie-Majeure de Marseille se divisa desde el barco junto a los grandes ferries que atracan en el enorme puerto de marsella en sus paradas por varios destinos del Mediterráneo
En el paseo también se puede ver el Palacio del Pharo, construido en el siglo XIX por Napoleón III, el cual regaló a su esposa española Eugenia de Montijo en el siglo XIX con el fin de ser su residencia imperial, aunque finalmente nunca fuera utilizado para este propósito. Puedes admirar desde el barco su imponente arquitectura y caminar por su parque único que ofrece una magnífica vista del Puerto Viejo, lugar que se ha convertido también en un clásico para contemplar el atardecer en la ciudad.
Visitar el archipiélago de Friuli
En mi Guía para Escapada a Marsella en verano, ocupa un lugar destacable este conjunto de cuatro islotes (Pomègues y Ratonneau, If y Tiboulen), que se sitúan frente a la ciudad y están poblados por únicamente un centenar de habitantes. Este archipiélago es un espacio protegido que firma parte del Parque Nacional de Calanques. Este archipiélago tiene escasa vegetación, grandes rocas blancas formadas por el viento Mistral, hermosas playas y calas de arena blanca te esperan en ese pequeño archipiélago.
Merece la pena que los visites, sobre todo por sus pequeñas playas. El archipiélago de Friuli es un área natural protegida que ofrece paisajes esculpidos por el microclima que allí reina. Se puede caminar de una isla a otra sin problema,
Consejo: Generalmente para viajar por las dos islas hay, en los meses de julio y agosto, un tren/lanzadera que corre el camino entre el puerto y el hospital Caroline. Una visita que no debe perderse es la del Hospital Caroline de Ratonneau, utilizado en el siglo XIX para poner en cuarentena a los pacientes con fiebre amarilla.
Rattonneau & Ponnegue
Puedes llegar a este archipiélago desde el Puerto Viejo en 25 minutos, donde encontrarás varios barcos que te transportan hasta este paraíso. Los ferries que conducen a las islas Frioul desde el Puerto Viejo de Marsella se denominan Frioul – Si Express. El coste del billete es de 10,80 € ida y vuelta (solo para If) y 16,20 € para llegar al resto de islas de Frioul. La travesía tarda unos 20 minutos hasta el islote de If y su castillo y unos 30 minutos hasta Ratonneau.
El Dique de Berry conecta las dos grandes islas; Rattonneau y Pomegue, donde sólo una centena de habitantes residen durante el año. Cerca del puerto, las calas de Saint-Estève y de Morgeret permiten tomar el sol y bañarse en un agua clara y poco profunda. Hay un agradable paseo de 20 minutos desde el puerto con buenas vistas del castillo d’If.
La cala de Ratonneau, más difícilmente accesible, es más tranquila y le permite disfrutar de un punto de vista excepcional de la rada marsellesa. La cala de Crine, descrita como la más bella de las islas del Frioul, se merece su sobrenombre de la pequeña Tahití. De hecho, las aguas son de tal azul turquesa que uno se queda atónito.
Isla de If
También se puede visitar la fortaleza del Castillo de If, monumento nacional mundialmente conocido. De hecho, el Castillo de If es famoso por su prisión, lugar de encarcelación del famoso conde de Monte Cristo, el popular personaje literario de Alexandre Dumas. Se puede recorrer a pie este verdadero remanso de paz, donde los vehículos están prohibidos. Recuerda que para entrar y visitar el Castillo de If hay que comprar una entrada al precio de 6 € por persona. El castillo fue construido entre 1524 y 1531 por Francisco I para proteger la ciudad de Marsella de las invasiones por mar.
Dar una vuelta por el Palacio Longchamps
El Palacio Longchamps está dividido en 3 partes: la fachada y las fuentes de agua en el centro, el Museo de Historia Natural al lado derecho y el Museo de Bellas Artes al izquierdo. Tanto si le gusta la extravagante arquitectura de este palacio como si no, no puede negar que es único, especialmente gracias a su fuente en la fachada que representa un carro tirado por cuatro toros. Todo un canto al agua construido en un estilo neobarroco en pleno siglo XIX para celebrar la costosa construcción de un canal de agua para abastecer de agua potable la ciudad.
Explorar los pueblos vecinos de Aix en Provence, Cassis y el PN Les Calanques
En toda Guía para Escapada a Marsella en verano hay que hablar también de los pueblos más destacables en las cercanías, de los que os hablaré muy pronto. Son Aix en Provence y Cassis, ambos lugares de la Provenza que no debes dejar de ver.
Y, por último, Marsella también es naturaleza. En realidad no hay que irse muy lejos, tan sólo unos pocos kilómetros al oeste para encontrarse con el Macizo de Les Calanques, una figura protegida como Parque Nacional donde los acantilados se agrietan hasta permitir un sinfín de calas minúsculas pero espectaculares. Entre Les Goudes y Cassis hay aproximadamente 20 kilómetros de costa escarpada de la que surgen algunas calas accesibles a pie y otras en barco. Os lo contaré muy pronto en las siguientes entradas.
Dónde comer
Marsella tiene muchas terrazas que merecen un alto en el camino. En mi caso, las comidas y/o cenas que hicimos en la ciudad fueron en el Puerto.
Le Petit Pernord es un coqueto Bistrot en el Quai de Port, en uno de los flancos del puerto, justo debajo del barrio Le Panier. Aquí cenamos un tartar de atún y aguacate y una riquísima ensalada de frutas a un precio asequible para los estándares franceses, alrededor de 20-25 eur el plato. Sumando la bebida y algún postre o café, hazte a la idea de que cenarás por alrededor de 40 eur/persona.
Le Brasserie Om Café es otro bistrot a tener en cuenta en el Puerto Viejo. Las raciones son bastante grandes y precios dentro de lo normal. Las ensaladas, pescados, sardinas y los postres suelen triunfar y los comentarios en el Trip Advisor también,
Consejo: No te vayas de Marsella sin probar sus sardinas, la bullabesa o degustar los dulces calissons (con moderación porque son una delicia).
Dónde dormir
En una Guía para escapada a Marsella en verano, hay que sugerir un alojamiento lo más céntrico posible. Hay muchas opciones de alojamiento en Marsella pero nos quedamos con este apartamento Stay City Aparthotels. Elegimos dormir en el centro de Marsella, en un lugar estratégico por su cercanía caminando a la Gare de San Carlos, a 12 minutos a pie, y a 500 metros del Vieux Port.
La habitación amplia con terracita, baño completo, cocina, todo muy nuevo y recién reformado por un precio de alrededor de 110 eur la noche. La zona es una calle bulliciosa con muchos comercios y restaurantes. El staff del hotel encantador. Muy recomendable selección de alojamiento.
Hasta aquí esta Guía para Escapada a Marsella en verano. En breve os contaré el resto de excursiones que hicimos a Aix en Provence y a Cassis, Espero que os haya gustado. Si necesitáis más info, preguntadme. Aquí iré colgando los posts de este viaje a La Provenza y podréis encontrar otros ya realizados por el país vecino.
¡Hasta pronto!