Buenas Viajeros,
Hoy hago parada en Isfahan, Irán, una ciudad bella entre las bellas, posiblemente la más bella de las recorridas en mi periplo por Irán. No me extraña que la denominen «la mitad del mundo», un calificativo merecido para describir la grandeza y belleza de este lugar.
Isfahan es también la tercera ciudad más grande del país. Sus mezquitas decoradas con baldosa azul, el encanto de sus calles peatonales, el ambiente de sus bazares, el aroma de sus teterías, la tranquilidad en la medida justa, la gente amable y educada… El escritor Noah Gordon ya idealizó por su belleza exótica la ciudad de Isfahan en su novela «El médico».
Meydan-e Naghsh-e Jahan
Hoy vamos a centrarnos en la Plaza Meydan-e Naghsh-e Jahan o plaza del Imam, la segunda plaza más grande del mundo después de la de Tianananmen (en Beijing). Es una gran explanada ajardinada donde antiguamente se ubicaba el campo de polo y que está rodeada por el bazar, un palacio y varias mezquitas de cúpulas preciosas. El que antiguamente era un campo de polo, hoy es uno de los lugares preferidos por los iraníes para pasear, hacer compras y quedar con los amigos. Andar y dejar pasar las horas descubriendo cada uno de sus rincones es una gozada. Sin coches, el tiempo aquí parece que se haya detenido.
Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979. Es la plaza más grande de Irán y una de las mayores del mundo. A partir de la dinastía safávida, fue rodeada por monumentos históricos de la época.
Al este de la plaza se encuentra la mezquita del Jeque Lutfallah, al norte se abre una de las puertas del Gran Bazar de Isfahan, al oeste está el Palacio de Ali Qapu y al sur la Gran Mezquita de Isfahan (o mezquita del Shah), delante de la cual actualmente se realiza los viernes el Namaaz-e Jom’eh (el rezo de viernes de los musulmanes).
Gran Mezquita de Isfahan
Al sur de la plaza se erige la imponente puerta de la Gran Mezquita de Isfahan, proclamada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en 2012. Esta mezquita ilustra de manera sobresaliente la evolución de la arquitectura de mezquitas desde el año 841 d. de C. y a lo largo de doce siglos. Es el edificio más antiguo de su estilo en Irán y sirvió como prototipo para varias mezquitas posteriores construidas en Asia Central.
La mezquita del Sha fue conocida antes de la Revolución islámica como «Mezquita Real». Es una de las obras maestras de la arquitectura mundial, comparable con edificios como San Pedro del Vaticano o el Taj Mahal (en India). Su decoración en cerámica se considera la mejor obra artística de este tipo que el hombre ha producido. En contraste con el bazar, este es un lugar muy tranquilo y tenemos la oportunidad de admirar hasta el más mínimo detalle de patios y aposentos en total soledad.
La visita de esta mezquita es gratuita.
Una vez atraviesas la puerta con su correspondiente iwan, (ver fotos anteriores) te topas con un complejo (patio) con una extensión superior a los 20.000 metros cuadrado. Este es también el primer edificio islámico que adaptó el diseño de un patio con cuatro iwanes propio de los palacios sasánidas a la arquitectura islámica de carácter religioso. Sus cúpulas abovedadas representan una innovación arquitectónica que inspiró a los constructores de otros edificios en la región. El sitio tiene además detalles decorativos representativos de desarrollos estilísticos que abarcan más de mil años de arte islámico.
Un iwán es un elemento arquitectónico que consiste en un gran porche bajo un arco, una sala o espacio rectangular, generalmente abovedado, cerrado por muros en tres de sus lados, estando el otro completamente abierto La entrada formal al iwán se llama «pishtaq», un término persa para designar un portal que se proyecta desde la fachada de un edificio, y que generalmente está decorado con bandas de caligrafía, azulejos vidriados y diseños geométricos. Los iwanes se asocian comúnmente con la arquitectura islámica; sin embargo, la forma es de origen iraní y fue inventada mucho antes y ya estaba completamente desarrollada en Mesopotamia alrededor del siglo III a. C., durante el período parto de Persia.
El Palacio de Alí Qapu cuenta con 5 plantas y una gran terraza con muy buenas vistas de toda la Plaza de Naqsh-e Yahán junto a la Gran Mezquita de Isfahán y la Mezquita del Jeque Lotf Allah. Sólo por las vistas ya vale la pena entrar, desde arriba es desde donde se puede ver la mejor perspectiva de la plaza. También en sus pisos superiores encontramos la sala de la música, una habitación con las paredes decoradas de unos pequeños nichos de curiosas formas y que es, con diferencia, la más interesante de todas.
Ali Qapu (pronunciado, al-li gapú), de 6 pisos y 48 metros de alto tiene una estructura rectangular grande y masiva que culmina en una terraza ancha con techo embutido y apoyado por columnas de madera. Ali Qapu fue reparado y restaurado, especialmente durante el reinado del sultán Hussein, pero cayó nuevamente en un estado de gran deterioro en el corto reinado de los invasores afganos. Bajo el reinado de Qajar Nasir de los shah del al-Dinar (1848-1896), las cornisas de Safavid y los azulejos florales sobre el portal fueron substituidos por los azulejos con inscripciones.
Visitar el Palacio de Alí Qapu tiene un precio de 200k riales, pudiendo alquilar también un audio-guía en inglés, español, persa, árabe o francés.
Mezquita del Jeque Loft Allah
La siguiente visita sería a la Mezquita del Jeque Lotf Allah o el oratorio del Shah. Está situada en la parte este de la Plaza de Naqsh-e Yahán y se trata de una de las mejores obras de la cultura iraní. Se puede visitar su impactante interior para ver con tus propios ojos una verdadera obra de arte.
El precio de la entrada es de 200k riales, como la mayoría de otros lugares turísticos en Isfahán y generalmente en todo el país.
La Mezquita del jeque Lotf Allah o el oratorio del Shah es una de las mejores obras de la cultura iraní, fue construida cuando aún prevalecía la dinastía safávida. Está situada en el lado este de la plaza de Naghsh-i Jahan. Es una mezquita alta construida en siglo XVII (1615) por las órdenes de Shah Abbas I, bajo reinado de los safavides.
Su construcción duró un largo plazo de tiempo, dieciséis años según fuentes, y dos fechas se colocan en la decoración: 1616 en la bóveda y 1618 en el mihrab. El arquitecto (Mimar) del edificio fue Muhammad Reza ibn Ustad Hosein Banna Isfahani´ y el calígrafo Ali Riza-i Abbassi: ellos acabaron de contruirla en el año 1618.
Si tenemos que destacar un interior de mezquita de todas las que hemos visto, me quedo sin duda con el de la mezquita de Lutfullah, la auténtica perla de Isfahan. Más pequeña, pero a la vez más íntima que las otras; cuando la luz entra entre las rendijas de sus ventanas crea unos juegos visuales impresionantes. Sentados en el suelo te puedes pasar más de una hora, observando boquiabiertos como va cambiando la tonalidad de los colores de las baldosas en la danza de la puesta de sol.
Bazaar de Isfahan
Al norte de la plaza se abre una de las puertas del Gran Bazar de Isfahan. El Bazaar de Isfahán, ubicado en una calle de dos kilómetros abovedada, une la ciudad vieja con la nueva. Es uno de los bazares más antiguos de Oriente Medio y del mundo.
Merece la pena pararse a contemplar el trabajo manual de los artesanos de alfombras y textiles, orfebrería etc,
Las calles laberínticas detrás de la Plaza Naghsh-e Jahan venden en sus soportales todo tipo de artesanía. Foto de Barbiegirltravelsarts.
Encontrarás numerosas tiendas de dulcés iraníes, muchos de ellos elaborados con pistachos y miel y envueltos en cajas doradas o imitando la caligrafía de las mezquitas…simplemente maravillosas.
Dedícale un tiempo a sentarte en las plazas del bazar y observar a los iráníes tomar un té y socializer entre ellos. Como comentario un tanto frívolo, me llamó mucho la atención la cantidad de mujeres que vi con nariz recién operada. A pesar de ser guapísimas, se ha debido de poner de moda en Irán tener una mini nariz, con lo que es enorme el número de mujeres con nariz operada. Veréis también muchas mujeres que a pesar de ir con la Jiyah, son bastante occidentales en su ropa (llevan jeans apretados) y en su actitud y uso de las tecnologías (no olvidemos que la alta presencia de las tecnologías es internacional y en Irán no podría ser menos).